Desesperada


Enredada entre mis pensamientos perversos y desesperados


Me sentía con demasiadas ganas de él, hasta el momento me siento todavía mojada cada vez que pienso en esos momentos de lujuría y excitación masiva. Mi cuerpo lo ansía, mis partes le gritan desde lejos; "¡Ven, ven a mí!"
És tanto el desespero que hasta mis sueños agita, aparece en todos ellos y mi clítoris lo aclama, aclama a su lengua viporina. És tal la magnitud de mis deseos, que siempre termino tocándome al pensarle hasta explotar y humedecer mis dedos de una cantidad de flujo inmensa. Me encantaría tener su cuerpo aquí y ahora, no paro de estar enredada entre mis pensamientos perversos y desesperados de volver a tenerle entre mis sabánas. 
En mis sueños aparecemos haciendo el amor en todos lados; en la ducha, en la cocina, en la sala de estar, en el salón, en la cama, en el sofá, de pie, sentados, incluso en la playa (dentro y fuera del agua). Cuando sueño, nos veo haciendo todas las posturas que más nos gustan y muchas más del "Kamasutra", mi favorita, és cuando me pone a cuatro y me agarra del pelo, me encanta cuando mi primero me la mete de golpe, después me penetra lento un par de veces para tenerme a punto y seguidamente me da rápido, duro, sacando su fiera salvaje. Me encanta que me azote en ese momento, que me agarre del pelo, que me de la vuelta con esa agresividad llena de deseo, de pasión tan fogosa. Que me arrastre cogiendo mis piernas para abrirme y comerme el coño, me encanta como me hace retorcerme, como me hace gemir, como juega con su lengua, sus dedos, sus manos. Me fascina que su mano entera quepa en mi vagina, más me fascina cuando la tiene dentro, me sigue metiendo y sacando la mano mientras me come sin cesar devorando todo de mi hasta hacerme correr. Me hace estremecerme de tal manera que mi cuerpo siempre pide más aunque se encuentre agotado, así que me bajo a su polla y me la meto entera en la boca. Disfruto tanto del momento como si de una piruleta se tratara, la lamo de arriba hacia abajo, le lamo los huevos, los succiono, le rodeo la punta con mi lengua y de seguido me la vuelvo a meter entera en la boca hasta darle ganas de penetrarme de nuevo. Esta vez se pone encima de mi, me penetra rápido, me da cachetadas en la cara, quiere que le lama los dedos cuando me los pasa por la boca. Me coge del cuello y sigue penetrando cada vez más rápido, más fuerte, más hondo hasta que me da la vuelta de golpe y se pone de cucliyas para penetrarme desde atrás. En esa posición la siento tan rica y gustosa, que no puedo evitar correrme una y otra vez.
Muerdo la almohada para menguar el sonido de mi griterío, me agarra del pelo acelerando el ritmo. Se para para humedecer la polla al máximo, me penetra por el culo, no puedo evitar agarrar fuertemente las sabánas al mismo tiempo que muerdo la almohada. Me hace ponerme de rodillas mientras sigue penetrando mi ano, me decido a abrir el cajón de la mesita de noche mientras él sigue jugando con mi culo. Saco disimuladamente mi vibrador favorito para llevarlo directamente hacia el orificio de mi vagina. Lo activo, seguidamente los dos comenzamos a sentir un placer explosivo; él, porque siente como mi culo le aprieta y yo, por la doble penetración.
Quiere correrse, yo también, aceleramos el ritmo jugando bien duro. Me azota fuerte, me agarra por el pelo y por fin llega el orgasmo final; me tira toda su leche por las tetas, yo acabo con el coño empapado, no dejan de temblarme las piernas. Me encanta.

Continuará...

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